Caminar hace bien
En el trayecto de una caminata, vamos liberando, sanando, creciendo, revitalizando. Su práctica representa un cúmulo de beneficios para el cuerpo y la mente.
En estos tiempos, cada vez son más las personas afectadas por el sedentarismo y la falta de actividad física; también son crecientes los pacientes que presentan afectaciones a su salud mental; el estrés, la depresión y ansiedad son cada vez más comunes. De acuerdo a la advertencia de la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas tendrá problemas relacionados a la salud mental a lo largo de su vida. Problemas que se ven reflejados en sus relaciones familiares y que afectan el desempeño laboral y la productividad.
Las dudas son mayores -más aún- cuando la inversión por parte del Estado ecuatoriano y el sector privado para proteger la salud mental son mínimas, muy por debajo de los aconsejado internacionalmente. Tampoco existen disposiciones claras y hay pocos programas preventivos que ayuden a enfrentar las afectaciones a la salud mental, enfermedad que de a poco se está convirtiendo en una problemática de salud pública, de la que no se habla mucho.
No todo está perdido. Al momento existe alternativas como los baños de bosque, programas de senderismo y la prescripción verde, que si bien en Ecuador no es reconocidas, en países del primer mundo es aceptada y recomendada en la consulta medica. Actividades que además permiten silenciar el ruido mental, conocer nuevos lugares y recorrer espacios naturales, al tiempo que se dinamiza la economía del sector turístico.
También existen opciones que están al alcance de todos y que son muy fáciles de implementar. Nos referimos a caminar. Sí, como lo dijimos es muy fácil de implementar, tan solo requiere generar el hábito, lo que llevará menos de un mes. Eso si, se necesita ser constante y disciplinado. Se puede empezar con caminar trayectos cortos como una vuelta la manzana del hogar o visitar las caminerías de los parque urbanos.
Estudios han determinado que lo ideal es caminar al menos 25 minutos diarios (unos cuatro mil pasos). Pero ojo, se puede iniciar poco a poco hasta llegar al mínimo recomendado. ¿Qué tal si se empieza por trayectos reducidos, de entre 8 y 10 minutos?
Ahora bien, la idea es que paso a paso se llegue a la meta y mejor si avanza hasta el ideal de 10 mil pasos al día (una hora). Un reto que estamos seguros se asume pronto y en pocos días permite sentir los efectos positivos de caminar.