Pueblito Mío

Revista digital de aventura, turismo y ambiente

Caminantes

Marco Sotomayor vive en una casa del siglo XIX

Marco Sotomayor
Marco Sotomayor en su galería | Foto: A. C.

La barba blanca de Marco dibuja su sonrisa y enmarca sus dientes blancos y alineados, se siente orgulloso de los sabores de sus helados, hay de morocho, de mote sucio y también más comunes como chicle, frambuesa, vainilla, entre otros.

Marco pasa los días en su galería – heladería, se levanta temprano y atiende hasta las 18:00; es generoso y modesto; no le cuesta nada servir un helado o contar la historia del pueblo. Sin objeción relata que Lloa no es un pueblo improvisado, tenía ya presencia en tiempo de García Moreno, incluso antes…

La galería de Marco es modesta, es una habitación con cuadros y máscaras colgadas en las paredes, además hay dos réplicas de espadas, una de torero y otra katana japonesa, también una serie de figuras y adornos hechos a mano; incluso se pueden ver varios libros expuestos en estanterías; el olor a antiguo del ambiente ingresa al cuerpo con cada inspiración. En otro espacio funciona la heladería, tras la puerta tiene pegada una copia de la escritura de su casa, de 1912 cuando se la entregaron a su abuela; su historia empieza más atrás en las andanzas de su tatarabuelo con el expresidente García Moreno. 

Marco Sotomayor
Objetos que cuentan la historia de la familia Sotomayor | Foto: A. C.

Lloa está a las faldas del Guagua Pichincha y tiene innumerables cascadas y paisajes naturales de gran belleza, no obstante para Marco, Lloa es importante porque por la parte alta transitaban los Yumbos, pueblo preinca que conocían la zona al dedillo, pues por allí cruzaban varios culuncos o vías que atravesaban los bosques de chaparros de la zona y conectaban con el norte y la con Amazonia. 

En una casa así, es fácil que la fantasía permita conformar la realidad, mientras Marco cuenta la historia de su familia, en mi mente se conforma el relato lejano en el que los Yumbos caminaban por los culuncos, dirigiendo a los españoles en la conquista de El Dorado

Deja un comentario