Rumicucho, evidencia el paso del tiempo

Desde las ruinas se pueden observar varias elevaciones emblemáticas de la región interandina.

A pocos minutos de Quito, al oriente de la Ciudad Mitad del Mundo, está el Pucará de Rumicucho, una hermosa muestra de lo que fue nuestra cultura andina, primero la Kitu-Cara y luego la Inca. El lugar aunque en ruinas, no deja de ser majestuoso.

Caminar por sus senderos admirando las paredes de piedra rojiza con una arquitectura que aprovecha los accidentes naturales y la elevación montañosa es vivificante. La imaginación evoca las historias que de niños -en la escuela- escuchábamos respecto de nuestras culturas nativas, su fuerza y desarrollo.

Aunque no natural, si es un paraíso más de los que nos ofrece Ecuador, de fácil acceso y llegada, estimula nuestro espíritu de aventura y nos adentra en la historia.

Su ubicación privilegiada permite observar, desde las terrazas, montañas como el Catequilla, Angamarca, Cayambe y Cotacachi, además solamente está a un minuto del paralelo CERO, por lo que a mediodía puedes decir que eres un ser humano sin sombra.

Si te ubicas en la terraza del medio, y miras hacia el oriente, puedes identificar la línea de pucaráes creada por los incas y que servían para controlar los extensos territorios conquistados, así tenemos el Capillapamba, Palmitopamba, Chacapata, Guayllabamba y el conjunto de Quitoloma que es el más alto y está más al oriente, sobre la población de El Quinche.

La aventura es llamativa, conoces, observas y disfrutas mucho y a pocos minutos de Quito.

Desde el centro de Quito, llegarás a Rumicucho en poco más de 35 minutos