En San José de Minas empieza la ruta escondida
En unos 40 minutos podrás recorrer el camino que une a San José de Minas con Otavalo
El nombre casi es un lugar común, pues el mismo es utilizado en varios sectores y provincias del país; pero esta vez, me refiero a la ruta que une San José de Minas y Otavalo.
Si van desde Quito, pueden llegar a Guayllabamba, descender rumbo a Tabacundo, pero en la mitad del camino, tomar el desvío a Puéllaro, atraviesan Perucho y llegan a San José de Minas, hasta ahí el carretero es pavimentado, con los pertinentes baches, pero pavimentado y cuando el pavimento termina… empieza la aventura de respirar.
El trayecto es de 30 kilómetros y recorrerlo implica algo más de cuarenta minutos, distancia y tiempo que vivirás una experiencia inolvidable: atraviesas el bosque nublado, el camino recorre serpenteando por las montañas en medio de una exuberante naturaleza que a momentos invade la ruta y junto a la niebla y llovizna te transporta a una realidad mágica, súmale -si tienes suerte- que se crucen en tu camino: conejos o lobos, es lo que ocurre o me ocurrió.
Realmente es un camino escondido y mágico, no muy largo pero recomendable para ser recorrido. No necesitas doble tracción, pero mejor si es un auto alto, o quizás bicicleta, nadie que lo recorre se arrepiente, lo peor que te puede pasar es que te enamores de la ruta y quieras regresar, yo la he recorrido cuatro veces y me queda pendiente volver.
Al final, sales a Otavalo y la magia continua…