Asociatividad, un modelo que junta voluntades
La gestión asociativa se convierte en un sistema económico alterno que promueve el desarrollo.
La asociatividad en el Ecuador forma parte de la cotidianidad de las comunidades, en especial de los sectores rurales. Su finalidad no está ligada necesariamente al ámbito empresarial; sin embargo, repercute significativamente en el mejoramiento de la calidad de vida de las localidades, a través del trabajo colaborativo en beneficio del bien común.
Actividades como las mingas, los prestamanos, las alianzas estratégicas para la ejecución de las obras que necesitan las comunidades y sus miembros, finalmente se convierten en sistemas económicos alternos que promueven el desarrollo de los territorios en los que se ejecutan.
Su función redistributiva promueve relaciones más equilibradas entre la población, a la vez que desarrolla mecanismos transparentes que fomentan la solidaridad y confianza, a lo que se suma la sinergia, al integrar las diversas capacidades de los sectores que conviven en las localidades.
Otra de las contribuciones es el mantenimiento de la cohesión social y el desarrollo de los mecanismos participativos de toma de decisiones y, por tanto, de acción política para lograr el desarrollo, potenciando el capital social, que contribuye a resolver colectivamente los problemas y articular los distintos intereses de los actores y sectores de la comunidad.
Las relaciones interpersonales, son fundamentales para el éxito de procesos asociativos de emprendimientos y encadenamientos productivos en territorios específicos, como un mecanismo para lograr el desarrollo económico local, manteniendo la identidad de las comunidades.
En estas condiciones, la asociatividad de los emprendimientos logra mejores resultados en términos de competitividad, a lo que se suma la integración geográfica en relación a los diferentes tipos de suelos y sus capacidades productivas; la preservación de reservas ambientales que equilibran los ecosistemas; la recuperación histórica de sitios con valor identitario y/o ritual; el establecimiento y cuidado de zonas comunitarias; la planificación de los servicios para las comunidades, entre otros.