Espacios de vida compartidos en el entorno natural
Mujeres y encuentros en la mágica parroquia de Lloa, al suroccidente de Quito.
Por: Gloria Escobar
Lloa, una parroquia rural ubicada en la provincia de Pichincha, es un tesoro escondido entre la naturaleza exuberante de la región. Este rincón pintoresco se encuentra al suroccidente de Quito, en medio de un entorno natural imponente, rodeado por montañas cubiertas de vegetación que nos regalan un espectáculo visual de tonalidades verdes y una gran biodiversidad.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el pasado 25 de noviembre, un grupo de mujeres decidimos unir nuestra fuerza y nuestra voz para empoderar a la comunidad en el derecho a vivir una vida libre de violencia.
Con el apoyo invaluable y la maravillosa atención del grupo que coordinó y facilitó toda la logística de este encuentro en el territorio -encabezado por el personal de la Asociación Pueblito Mío, que trabaja bajo un modelo asociativo que beneficia directamente a varios emprendedores- nos embarcamos en una jornada que comenzó con la sensación vibrante de sororidad y determinación.
Nos reunimos en un espacio acogedor, rodeadas por la belleza natural que caracteriza a Lloa, lo que proporcionó un telón de fondo inspirador para nuestras reflexiones.
La organización logística del grupo que impulsa el desarrollo turístico y activación socioeconómica en la zona a través de la iniciativa Lloa Mágico fue crucial para el éxito de nuestro encuentro. Nos brindaron acceso a espacios de recreación, caminatas y disfrute de la bella cascada de Chirinchos, no dejando de lado la posibilidad de conocer emprendimientos locales que nos brindaron un excelente de servicio de alimentación, así como de degustación de productos con un toque especial, como los helados de autor, quesos, leche, entre otros.
La experiencia en su conjunto, nos dejó una grata huella compartida entre sonrisas, amistad, ilusión y compromiso con una causa común, las luchas en favor de espacios de convivencia en igualdad y libres de violencia, así como el autocuidado amoroso que nos podemos otorgar unas a otras en espacios maravillosos como el de Lloa.