Teresita Cajas: viajar es vida y salud
El turismo es una receta mágica para olvidar los problemas, superar el estrés y recuperar las sonrisas
Pedro Moreno Ávila
Por: Cristina Trujillo
Teresita de Jesús Cajas, una abuelita cariñosa de 84 años de edad, desde hace algún tiempo, sale de paseo junto con otros excursionistas, una vez por mes, motivados por Juan Carlos Boada del programa Rostros de Quito, dirigido. De esta manera, conocen varios lugares de Ecuador.
La mayoría de salidas que se dirigían hacia el noroccidente de Pichincha. Teresita conoció y recorrió varias cascadas, visitó moliendas de caña, trapiches, fábricas de la panela, entre otros emprendimientos. Actualmente los destinos en Pichincha se han diversificado.
A pesar de su edad, Teresita en los viajes busca de distracción, conocer personas y aventurarse a descubrir nuevos lugares. Aunque por su salud, requiere ayuda y acompañamiento, más aún porque ha ido perdiendo la vista a causa del glaucoma; sin embargo, esto no ha sido impedimento para pasear y disfrutar junto a su familia.
Si bien hubo un tiempo en que Teresita evitó salir debido a la depresión causada por muerte de una de sus hijas, lo que se sumó a la pandemia, que le hizo permanecer encerrada, desde hace dos años motivada por una orden médica, volvió a las andanzas. Así que tomó la decisión de volver a disfrutar de la naturaleza y en especial de las flores, que le atraen tanto.
Gracias a ese gusto por viajar, Teresita conoce desde el Carchi al Macará, en la Sierra; y en la Costa, al menos cuatro provincias. En lo referente a la Amazonía, ha viajado a Napo y Pastaza, donde visitó una fábrica de té y sombríos de pitajaya. También conoce Galápagos, una maravilla creada por Dios, dice.
En cuanto a la comida, prefiere las huecas y deleitarse con los sabores propios de cada población. Es de buen paladar y en sus salidas no puede faltar el volquetero, una deliciosa y contundente mezcla con base en el chocho.