Los árboles dan vida al planeta

Estamos matando a los bosques. Se estima que cada día se talan alrededor de 42 millones de árboles. En Ecuador se calcula que se ha perdido unas dos millones de hectáreas de bosque a causa de la tala ilegal.

Nuestra era está marcada por una dicotomía, por una parte el derecho a la vida y el respeto a la naturaleza; por otra, la necesidad de explotar sus recursos de forma indiscriminada para favorecer, en muchos casos, la empresa de unos pocos.

Más allá de todo razonamiento, estamos matando la vida y por ende, el futuro de nuestra especie y de miles de plantas y animales. En el caso particular de los bosques, además estamos destrozando las defensas frente a desastres naturales, empeorando la crisis climática y destruyendo el hogar de miles de especies.

Las arboladas también son espacios de una rica biodiversidad, fuente de oxígeno y agua. Según la FAO, albergan el 80% de especies animales y plantas terrestres.

Para la fundación The Nature Conservancy, la tala de bosques causa mayor contaminación que la que genera el transporte en su conjunto (aviones, trenes, automóviles y barcos) lo que va en detrimento de la calidad de vida. Otro dato espeluznante es que alrededor del 90% de árboles talados es a causa del crecimiento de las zonas agrícolas; es decir, por culpa directa del hombre y sus necesidades de consumo.

En 2012 se instauró al 21 de marzo como el Día Internacional de los Bosques. Su primera celebración oficial fue en 2013.

Asamblea General de Naciones Unidas

Los bosques también son importantes para la salud. En el informe La Vitalidad de los Bosques, de la WWF, se señala que desempeñan un papel vital en la salud humana en términos de enfermedades infecciosas; en enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes y los problemas de salud mental; en la nutrición y seguridad alimentaria; y en riesgos físicos.

En un reciente estudio realizado en Italia, se concluye que el simple hecho de respirar en los bosques ayuda a controlar la ansiedad. En Japón los baños de bosque se contemplan dentro de las estrategias de salud preventiva. En países del norte de Europa, la prescripción verde cada vez toma más fuerza.

Además, estas terapias alternativas tienen un impacto positivo para las finanzas públicas al reducir el gasto en medicina convencional y recetas en base a medicamentos químicos. También tienen un impacto social y medioambiental al sensibilizar a los usuarios sobre la importancia de los bosques y entornos naturales.