Las parroquias rurales son ideales para un baño de bosque

La prescripción verde crece. ¿Sabías que en Escocia y Alemania recetan terapias de bosque a pacientes con problemas de estrés o ansiedad?

Parecía cosa de locos cuando en las clases de historia escuchábamos que el Inca se daba baños de sol o al ver -en las películas- que los médicos brujos llevaban a sus guerreros a curarse en el bosque… pues les diré que ha sido cierto eso de que el simple contacto con la naturaleza tiene efectos sanadores.

Actualmente, son varios los países que cuentan con terapias de bosque entre sus alternativas complementarias a la medicina farmacológica e incluso llegan a sustituirla.

Un remedio sumamente fácil de administrar: necesitas caminar por senderos naturales por al menos 15 minutos, de preferencia en silencio. Respirar profundamente esos aromas de verde naturaleza. Sentir las gotas de roció o las texturas de las hojas y troncos o esa sensación del viento envolviéndote por completo. Saborear la vida. Contemplar el paisaje. Escuchar al viento susurrando entre los árboles o el trinar de las aves. Eso es todo.

Los beneficios

De entrada, disminuye los niveles de estrés, que en esta nueva normalidad están desbordados. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Detiene a la ansiedad y aplacan la depresión. Además, brinda una sensación de paz y llena de energía y vitalidad.

En Ecuador aún le hacemos feos a las terapias alternativas; sin embargo, quien no se ha pegado una agüita de viejas para alguna dolencia o a cuántos no nos han recomendado hacernos una limpia… Así que esto de curarnos gracias al contacto con la naturaleza suena menos descabellado y está dando resultados positivos en países del primer mundo.

Entre los lugares recomendados para hacer baños de bosque están parques urbanos, sobre todo de lunes a viernes en que la agenda está más apretada. Mientras que, para los fines de semana viene bien una escapada a las reservas naturales o Parque Nacionales (en Ecuador hay 11) o cerros periurbanos o senderos en las parroquias rurales. De paso, ayudamos a la dinamización de la economía en los lugares que visitemos.

Bien dicen que las enfermedades son los gritos desesperados del alma, pues, démosle un respiro y aprendamos a disfrutar de las cosas simples de la vida.