Una caminata que vale la pena disfrutar si estás en Quito

La aventura empezó en el parque central de Lloa a las 09:00, donde junto al equipo de Pueblito Mío, asociación que tiene por objetivo el fomento de la actividad turística y productiva de las parroquias rurales del Ecuador, con sede en la parroquia ubicada a 3100 msnm, se tuvo una charla introductoria sobre las actividades de la jornada.

Lloa está a los pies del volcán que hizo su última erupción en 1999, a unos 12 kilómetros al suroccidente de Quito. Luego de la charla fuimos a una heladería que tiene por especialidad los helados de autor, delicias de sabores poco convencionales. Al terminar de mimar el paladar tomamos un transporte cómodo que nos llevó hasta Chilcapamba, donde la comunidad nos recibió con un apetitoso refrigerio y pudimos arrojarnos por la resbaladera gigante, que tiene un largo de doce metros y una altura de algo más de seis metros. No te preocupes, el diseño del juego de aventura, permite que tengas el control de la velocidad, hay quienes bajan hasta el arenero sin reparo; aunque otros lo hacen de manera más cauta.

Las aguas termales de Urauco

A pocos kilómetros de Chilcapamba, se encuentran las Termas de Urauco, un complejo con un sendero que recorre siete cascadas y tiene una piscina con agua que emana del volcán, su temperatura es de unos 18 grados centígrados, junto a ella hay una gran fosa de agua y lodo que -según los expertos- es buena para la piel y las dolencias en las articulaciones.

Y de pronto estábamos nuevamente en el sendero. Caminamos alrededor de 30 minutos hasta llegar a la última de las siete cascadas. Algunos, los más osados, se sacaron la camiseta para disfrutar en carne propia los masajes que brinda el torrente; la terapia no duró mucho, lo impidió la temperatura fría del agua que proviene de las vertientes del Guagua Pichincha

Luego de la caminata que nos permitió envolvernos en verde y disfrutar de lindos paisajes, retornamos al transporte y nos fuimos a degustar unas deliciosas carnes a la piedra (elaboradas en piedra volcánica) acompañadas de guarniciones: papa a la crema y ensalada. Hay otras alternativas y lugares en los que se puede comer, todos de primera y atendidos con calidez.

Finalmente, en la sobremesa, el diálogo fluye en torno a la aventura y otras historias que comparten los anfitriones, la conversación también evidencia los aprendizajes que deja el senderismo.

La aventura termina de vuelta en el centro poblado. Para quienes llegaron en transporte interparroquial, pueden tomar un bus con dirección a la avenida Mariscal Sucre y Angamarca, a pocos metros de una parada del Corredor Suroccidental u otras de las líneas de alimentadores del Trole; quienes llegan en auto propio van al parqueadero de Pueblito mío, lugar de resguardo mientras dura la aventura.

Para más información de la ruta UraucoNatural, un sendero lleno de encanto, puedes visitar el canal de Pueblito mío en Facebook.